Un grupo de investigadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), las Universidades de Huelva y Granada, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) y el CIBERESP han confirmado por primera vez en Europa -concretamente, en Huelva- el vínculo que existe entre la exposición humana al cadmio y las alteraciones en diferentes dominios cognitivos.
Este trabajo, publicado en la revista Environmental Research, forma parte de un estudio epidemiológico financiado por la Consejería de Salud a la EASP. Aunque los expertos ya sabían de los efectos neurotóxicos de cadmio en modelos animales, muy pocos estudios lo habían evaluado en humanos. "Hasta la fecha no había resultados concluyentes. Por ejemplo, habíamos visto una asociación significativa entre la exposición postnatal al cadmio y los problemas de aprendizaje en niños de Estados Unidos", comentan los investigadores.
Para este estudio epidemiológico se eligieron a un total de 261 escolares de la provincia -135 niños y 126 niñas, con edades comprendidas entre los siete y nueve años-, de trece colegios elegidos al azar de un total de 38 centros públicos de siete municipios: Aljaraque, Huelva, Palos de la Frontera, Punta Umbría, San Juan del Puerto (los más próximos a las supuestas fuentes contaminantes), y Tharsis y Valdelamusa, poblaciones ambas cercanas a explotaciones mineras.
Tras analizar las muestras de orina y pelo, los investigadores, coordinados por la investigadora de la EASP Marina Lacasaña, observaron en los niños una relación entre mayores concentraciones de cadmio en orina y una disminución de la comprensión verbal y el razonamiento perceptivo. Para el caso de las niñas, solo la comprensión verbal se había visto alterada. Los valores de cadmio en orina de los niños fueron 10 veces superiores a los observados en otros estudios anteriormente realizados en Estados Unidos, a través del programa de Biomonitorización Humana de Estados Unidos (HANE).
Este estudio, Cadmium exposure and neuropsychological development in school children in southwestern Spain(Exposición al cadmio y desarrollo neuropsicológico en escolares del Suroeste de España), es el primero de esta naturaleza que se realiza en un país de la UE y viene a confirmar otros ensayos realizados por la Universidad de Cincinnati (EEUU), en los que ya se advertía que "los escolares con los niveles más altos de cadmio triplicaban la probabilidad de tener un problema de aprendizaje que los niños sometidos a exposiciones más bajas".
Mientras que el cadmio en sangre revela un estado de exposición reciente, las muestras obtenidas en orina y cabello pueden reflejar una situación mucho más antigua. "Durante el embarazo, la placenta actúa como una barrera para el cadmio, y sólo una pequeña cantidad (un 10%) se transfiere al feto y, posteriormente, a la leche materna. Por lo tanto, el feto y el recién nacido están protegidos contra el cadmio.
Sin embargo, la exposición a este metal pesado se inicia a edades tempranas a través de los alimentos, el humo del tabaco o el polvo del hogar. Y en este sentido, la dieta es la principal fuente de exposición ambiental al cadmio. Más del 80% del cadmio biodisponible en los alimentos proviene de los cereales y legumbres", señala el texto del artículo.
Los expertos advierten de que los resultados observados en Huelva proporcionan una evidencia adicional sobre el efecto neurotóxico de la exposición postnatal a bajos niveles de cadmio en la población infantil y apoyan las diferencias entre los sexos en la neurotoxicidad de los metales en los niños, como así se indican en otros estudios.
Estas conclusiones fueron recogidas, asimismo, en el dictamen realizado por encargo del Defensor del Pueblo Andaluz y presentados en marzo de 2014. "Resultados preliminares de dos estudios transversales indican una posible asociación entre niveles de algunos metales pesados y un menor rendimiento intelectual en niños onubenses", apunta el informe presentado al titular de la Oficina, Jesús Maetzu.
El pasado año, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) creó un grupo de trabajo, formado por seis expertos, para evaluar la salud ambiental de la ciudad y sus impactos en la población. Este comité estaba integrado por Juan Alguacil y Ferrán Ballester, de la Universidad de Huelva; Antonio Escolar, de la Universidad de Cádiz; Marina Pollán, del Centro Nacional de Epidemiología, y por Fernando Rodríguez-Artalejo y Juan de Mata, de la Universidad Autónoma de Madrid. En el dictamen, el grupo de la SEE propuso la realización de nuevos estudios para evaluar el impacto de las emisiones contaminantes sobre los niveles de dichas sustancias en la población. Para Lacasaña. "estos resultados no se pueden generalizar a la población general. Para ello se requeriría un estudio de biomonitorización con una selección representativa de las población general de Huelva, nosotros sólo hemos analizado la exposición a cadmio en niños sanos y de colegios públicos", asegura.
ANTECEDENTES
Con anterioridad a este trabajo, el grupo coordinado por Marina Lacasaña realizó una revisión de toda la bibliografía científica para analizar las evidencias científicas publicadas hasta la fecha relacionadas con los efectos potenciales sobre trastornos del desarrollo neurológico y de comportamiento en los niños expuestos al arsénico, cadmio y manganeso, y cuantificar la magnitud del efecto sobre el desarrollo neurológico. Los investigadores realizaron una revisión sistemática de artículos originales desde enero de 2000 hasta marzo de 2012. Fue entonces cuando comprobaron que existían pocos estudios relacionados con el cadmio. La revisión fue publicada en Science of The Total Environment (2013).
Un año antes, otro grupo de investigadores de la Universidad de Huelva expusieron en la 30ª Reunión Científica de la Sociedad Española de Epidemiología un trabajo relacionado con esta materia, pero a escala regional. Bajo el título Niveles en orina de arsénico, plomo y mercurio en niños y toxicidad neuroconductual: un estudio explorativo, los científicos de la Onubense exploraron la relación entre los niveles de arsénico, plomo y mercurio en orina, y el rendimiento neuroconductual en niños de entre nueve y once años.
Las muestras de orina se tomaron a 79 niños elegidos en ciudades representativas de cinco escenarios ambientales diferentes en Andalucía: 14 en un área urbana residencial, 34 en un área urbana industrializada, siete en un área minera, 14 en un área rural, y diez en un área combinada rural-industrializada. El rendimiento neuroconductual fue evaluado en 37 niños y 36 niñas con la versión en español del test BARS (Evaluación del Comportamiento y Sistema de Investigación) y sus resultados invitaban a ser completados con otro estudio de campo. "Nuestros resultados sugieren que los niveles de mercurio en orina se asocian con peor rendimiento en niños entre nueve y 11 años", subrayaban.
La presencia del cadmio en el aire y suelos de la capital se ha convertido en un asunto de interés para los investigadores. Como adelantó esta redacción el pasado 15 de febrero, un grupo de la UHU ha calculado la presencia de este metal pesado en la ciudad. "La distribución en superficie del cadmio es dispar: en el entorno de los polígonos de la Punta del Sebo y Tartessos, la concentración de cadmio es 100 veces superior (12.2 mg/kg) al valor estándar (0.13 mg/kg). En estos polígonos, se supera además el valor establecido desde 1995 en la literatura científica como indicativos de efectos adversos para la salud (9.6 mg/kg para el caso del cadmio)", aclaró entonces el investigador José Miguel Nieto Liñán.