Un estudio del Departamento de Medicina de la UAB y el Hospital Universitario Vall d’Hebron, coordinado por Fernando Azpiroz, jefe de grupo del CIBEREHD, ha analizado el efecto de la cantidad de calorías ingeridas durante el desayuno en la satisfacción y sensación de bienestar al tomar un pequeño almuerzo dos horas después. Cuanto más calórico es el desayuno, menos se disfruta del almuerzo.
La respuesta biológica a una comida incluye cambios fisiológicos, relacionados principalmente con el proceso digestivo, y percepción de sensaciones relacionadas con el control de la ingesta, como saciedad y plenitud. Estas sensaciones tienen una dimensión hedónica, es decir, se asocian con cambios en la sensación de bienestar digestivo y el estado de ánimo. Las sensaciones que se experimentan después de una comida dependen del estado fisiológico del individuo, por ejemplo, se ha demostrado que la distorsión de la respuesta digestiva afecta las sensaciones postprandiales. Nuestra hipótesis fue que la modulación del apetito por un desayuno previo condiciona la respuesta a una comida posterior.
En doce sujetos sanos se investigó el efecto de un desayuno sobre las respuestas a una comida de prueba (sándwich de jamón y queso con zumo de naranja, 300 mL, 425 Kcal) ingerida dos horas después; se compararon los efectos de un desayuno alto en calorías con un desayuno bajo en calorías en días separados en un diseño cruzado. Las sensaciones se midieron a intervalos regulares 15 minutos antes y 60 minutos después de la comida mediante escalas analógicas.
El desayuno alto en calorías redujo el apetito más que el desayuno ligero, y la comida subsecuente resultó menos apetecible (con un índice de palatabilidad inferior). La comida ingerida después del desayuno alto en calorías indujo más saciedad y plenitud pero menos satisfacción postprandial; de hecho, el desayuno alto en calorías redujo la satisfacción postprandial y la sensación de bienestar digestivo esperable después de una comida agradable, lo que indica que una comida deliciosa puede no ser plenamente apreciada por un comensal saciado.
Es de suponer que el desayuno alto en calorías indujo efectos fisiológicos (homeostáticos) que influyeron en la respuesta a la comida subsecuente; sin embargo, la palatabilidad de la comida también podría haber influido en la experiencia postprandial, ya que estudios previos han mostrado que una menor palatabilidad se asocia a una mayor saciedad y plenitud, y menor satisfacción después de la comida.
Nuestro estudio demuestra que la modulación del apetito modifica las respuestas a la comida. Este tipo de estímulos condicionantes podría ser aplicable a la planificación dietética y la prevención de los síntomas postprandiales.
Pribic T, Nieto A, Hernandez L, Malagelada C, Accarino A, Azpiroz F.Appetite influences the responses to meal ingestion, Neurogastroenterol Motil. 2017 Aug;29(8). Epub 2017 Mar 31. doi: 10.1111/nmo.13072.