Ministerio de Ciencia e Innovación

España, entre los mejores países en investigación sobre esquizofrenia

ACTA SANITARIA | viernes, 10 de enero de 2014

En los últimos cinco años España ha mejorado mucho en investigación en salud mental y más concretamente en el campo de la esquizofrenia. Un esfuerzo que se traducirá en nuevos fármacos, moléculas con innovadores mecanismos de acción, que aspiran a mejorar los síntomas relacionados con el comportamiento, las emociones y la habilidad para comprender, lo que en términos clínicos se conoce como síntomas negativos y cognitivos.

Así lo puso de relieve el profesor Celso Arango, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, durante la celebración del 2º Foro Internacional Nuevos Abordajes en el Tratamiento de la Esquizofrenia. La jornada, en la que se analizaron las últimas novedades en el diagnóstico y manejo de este trastorno mental, contó con el aval de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), así como con el apoyo de Roche Farma.

Hasta ahora, el tratamiento farmacológico de la esquizofrenia se centraba sobre todo en abordar los síntomas positivos (los más visibles, como delirios y alucinaciones) y la prevención de recaídas. “Las nuevas líneas de investigación ponen el foco en frenar los síntomas negativos y los relacionados con los déficits cognitivos”, explicó el profesor Arango. “Se están estudiando nuevas moléculas que actúan a nivel del sistemas colinérgico, glutamatérgico, estrés oxidativo e inflamación y que pueden mejorar los síntomas negativos y cognitivos. Nuevos hallazgos relacionan la respuesta inflamatoria y el estrés oxidativo con el descenso del volumen de sustancia gris”. Fuera del campo de la farmacología, añadió,  “la intervención psicosocial pretende aportar al paciente y su familia herramientas para afrontar la enfermedad e identificar los síntomas iniciales. La rehabilitación tiene como objetivo la reconexión del paciente en la sociedad, como por ejemplo a través de empleo protegido; una de las asignaturas pendientes en nuestro país”,.

El rostro desconocido de la esquizofrenia

Cerca de medio millón de personas en España sufren esquizofrenia, uno de los trastornos mentales más graves e incapacitantes y sobre el que aún existe una gran falta de información. La esquizofrenia se ha asociado tradicionalmente a la desconexión con el medio y el estar fuera de la realidad aceptada por la sociedad. Los delirios, las alucinaciones y las alteraciones del pensamiento son los síntomas más visibles, pero no son los únicos ni los más importantes. Estos pacientes expresan cierta pobreza afectiva, apatía, desinterés e insociabilidad y/o problemas en la concentración y en la atención.

Pacientes, familiares y cuidadores sufren por igual el estigma social de una enfermedad de la que, poco a poco, se empieza a hablar en términos de inserción social y laboral. Esfuerzos aún insuficientes y que aspiran a mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes, entre los que la esperanza de vida es de entre 10 y 20 años menor que la de la población general, con el agravante que supone el temor constante al suicidio, teniendo en cuenta que entre un 10- 15% de las personas con esquizofrenia se suicidan.

Con el tiempo, los enfermos sufren un deterioro prematuro de su actividad tanto física como mental, que les obliga a vivir al margen de la sociedad, impidiéndoles llevar una vida normal. “Su día a día se aleja mucho de la cotidianidad a la que está acostumbrado el resto de la población -estudiar, ir al trabajo o mantener un círculo de amigos estable-, ya que, por lo general, presentan serias dificultades para relacionarse con los demás y disfrutar de las cosas con las que solían hacerlo”, explicó el profesor Arango.

Impacto económico

Aunque los profesionales sanitarios prefieren no referirse a la esquizofrenia en términos económicos, es innegable el impacto que ésta tiene sobre la economía nacional e internacional, derivado de la atención médica y de la pérdida de productividad laboral de los afectados y sus familiares. En 2010, según estimaciones de la Unión Europea, los trastornos psicóticos ocasionaron un gasto de más de 29 mil millones de euros. “La realidad es que las enfermedades mentales tienen una prevalencia y una discapacidad igual a la de otras patologías médicas y ocasionan costes económicos aún más importantes”, puntualizó el profesor Celso Arango.

Diagnóstico de la enfermedad

Aunque la edad media del primer diagnóstico suele darse entre los 20 y 25 años, lo cierto es que algunos de los síntomas relacionados con la enfermedad, tales como la  reducción de la motivación, dificultades en la memoria, el aislamiento o la pérdida del interés en socializar, suelen aparecer a edades más tempranas. “En esta patología, explicó, como en el resto de la psiquiatría, son fundamentales el diagnóstico precoz y la intervención temprana”. Lamentablemente, no siempre se diagnostica cuando aparecen los primeros síntomas y aquí tienen mucho que ver los progenitores. En algunos casos les frena el miedo al rechazo social y en otros, se debe simplemente a la confusión entre las primeras manifestaciones y los efectos provocados por el consumo de alcohol y de sustancias tóxicas. Y del mismo modo que los familiares aplazan la consulta con el psiquiatra, el tratamiento también se demora hasta muchos años después.

En este sentido, de cara a reducir el impacto funcional de la enfermedad, el profesor Arango apuntó la necesidad de poner en marcha otro tipo de intervenciones, como ajustes en los programas educativos y psico-educación, para desarrollar habilidades sociales o hacer y mantener amistades y entrenar la tolerancia a la frustración.

CIBERSAM

El Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental está integrado por 300 profesionales repartidos en 24 grupos de investigación clínica y básica pertenecientes a ocho comunidades autónomas. Su finalidad es estudiar trastornos mentales como la depresión, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, así como trastornos de ansiedad, patologías del niño y del adolescente o de la tercera edad y, en general, cualquier aspecto neurocientífico relacionado con la salud y la enfermedad mental. El abordaje en el estudio de estas patologías tiene un claro componente traslacional, buscando la sinergia entre grupos que desarrollan su actividad en hospitales, centros de investigación y universidades.

Los proyectos de investigación que se desarrollan en el CIBERSAM tienen un carácter multidisciplinar y multi-institucional, integrando la investigación básica, clínica y poblacional. Su principal objetivo es añadir valor al sistema mediante la investigación de frontera en el campo de la salud mental y neurociencias afines.