Una investigación coordinada por Alberto Ocaña, investigador del CIBERONC en el Hospital Universitario de Albacete (CHUA) muestra como la combinación de inhibidores de dos moléculas, Auroras Kinasas y CHEK1 aumenta la muerte de las células tumorales, afectando también a la población de células "madre" o iniciadoras de tumores. Asimismo, la combinación de estos inhibidores con fármacosquimioterápicos usados en el tratamiento actual del cáncer de ovario, como los taxanos y los compuestos de platino, aumenta la respuesta del tumor al tratamiento. El trabajo también prueba que altos niveles de dos genes, AURKA y CHEK1, en tumores de pacientes de ovario correlacionan con una peor evolución de la enfermedad y una menor supervivencia.
El estudio, firmado por Ana Alcaraz, ha sido publicado en la revista Molecular Cancer Therapeutics (EEUU) y se ha llevado a cabo en coordinación con investigadores del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB) y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en colaboración con Atanasio Pandiella, jefe de grupo del CIBERONC.