Aproximadamente la mitad de los individuos obesos de la población activa española son metabólicamente sanos. Tienen exceso de peso pero no presentan anomalías metabólicas como alteraciones de la insulina o inflamación, según concluye un estudio publicado en la revista BMC Public Health.
Investigadores del Hospital del Mar, de la Universidad Autónoma de Barcelona, del CIBERobn, de Cualtis y de Eli Lilly España, liderados por el Dr. Albert Goday, autor principal del estudio e investigador del CIBERobn, llegaron a esta conclusión tras analizar datos de 451.432 trabajadores, examinando por primera vez la prevalencia de individuos obesos metabólicamente sanos en la población trabajadora de España, así como las diferencias entre ellos y los individuos obesos y no obesos metabólicamente no saludables.
Perfil joven, deportista y de sexo femenino
Los investigadores concluyeron que los individuos con sobrepeso y obesidad que eran metabólicamente sanos solían ser más jóvenes y tenían más probabilidades de ser mujeres. Además, acostumbraban a practicar más ejercicio físico que los individuos metabólicamente poco saludables y eran menos propensos a fumar o ser grandes bebedores.
Los factores que se consideran más estrechamente asociados a ser metabólicamente poco saludable son el IMC (Índice de Masa Corporal), la edad, el colesterol alto, ser de sexo masculino, fumar o beber en exceso y el sedentarismo.
Por otra parte, los individuos que tenían un peso normal o bajo pero que eran metabólicamente poco saludables coincidían en mayor medida con personas que llevaban estilos de vida sedentarios, eran más mayores, de sexo masculino, fumadores y bebedores. Además, este tipo de perfil se daba con mayor frecuencia entre los trabajadores manuales.
Programas de promoción de la salud, claves para evitar comorbilidades asociadas
Los individuos obesos que son metabólicamente sanos suelen presentar características diferenciales, como menores alteraciones en la insulina o inflamación, lo que puede hacer que sean más sensibles a intervenciones sobre su estilo de vida dirigidas a factores de riesgo modificables, como el peso relativo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o el sedentarismo.
En este sentido, aunque es cierto que los individuos obesos metabólicamente sanos podrían estar en un riesgo más bajo que los individuos metabólicamente poco saludables de desarrollar enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la enfermedad cardíaca coronaria, estudios previos han concluido que los individuos obesos metabólicamente sanos muestran signos subclínicos (pre-sintomáticos) de enfermedad cardiovascular y pueden tener un mayor riesgo de desarrollar a largo plazo diabetes y eventos cardiovasculares.
Por ello, las intervenciones específicas sobre el estilo de vida podrían impedir que los individuos obesos y con sobrepeso metabólicamente sanos tuviesen problemas de salud más a largo plazo, según los investigadores. “La implementación de programas de promoción de la salud en esta población podría reducir la probabilidad de transición a un fenotipo metabólicamente no saludable y/o el riesgo de desarrollar hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares”, explica el Dr. Goday, que es también miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). “Estas intervenciones podrían ser particularmente eficaces en la población trabajadora, ya que el porcentaje de personas obesas metabólicamente sanas en esta población fue alto”, añade.
Metodología del Estudio ICARIA
El estudioICARIA (Ibermutuamur CArdiovascularRIsk Assessment) se llevó a cabo entre los trabajadores inscritos en un plan de seguro médico que da cobertura al 8% de la población activa española e incluye a trabajadores de todos los sectores de actividad y áreas geográficas del país. Según el Dr. Goday, "una de las fortalezas de este trabajo es que representa a la población española en edad laboral, con una media de edad entre los 38 y 44 años", lo que lo diferencia de la mayoría de los estudios epidemiológicos sobre obesidad, en los que gran parte de los individuos que se incorporan a estas investigaciones son personas de cierta edad, sin cargas familiares o laborales, lo que les permiten acudir a centros de salud para que tomen sus datos.
Como parte del estudio ICARIA, los investigadores reunieron información sobre la edad, sexo, ocupación, tabaquismo y consumo de alcohol, práctica de ejercicio físico e historia médica de 451. 432 personas, de las cuales 70.053 (15.5%) eran obesas. Los participantes también se sometieron a un examen físico para tomar datos de su peso, talla, circunferencia de la cintura y presión arterial.
De acuerdo con el IMC, los investigadores clasificaron a los participantes como bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad. También los situaron en dos grupos según el tipo de tareas que desempeñaban, como trabajadores manuales o trabajadores no manuales. La clasificación atendió también a criterios como la condición de fumadores (actual o anterior), el consumo de alcohol y del nivel de ejercicio físico.
La salud metabólica se evaluó de acuerdo a cinco criterios de riesgo para el síndrome metabólico: circunferencia de la cintura, niveles de triglicéridos y colesterol, presión arterial y azúcar en la sangre en ayunas. Los participantes se consideraron metabólicamente sanos si presentaban un máximo de dos de los cinco criterios de riesgo.
Para el grupo de sobrepeso, se encontró que 87,1% tendían a ser metabólicamente sanos, mientras que en el grupo de individuos con obesidad el 55,1% eran metabólicamente sanos. Los porcentajes mejoraban en función del menor peso. Así, el 97,8% de los individuos de peso normal eran metabólicamente sanos, una cifra que ascendía hasta el 99,5% de los individuos con peso bajo.