Investigadores del IDIBAPS liderados por la Dra. Mercedes Fernández -investigadora del CIBEREHD del grupo coordinado por el Dr. Jaume Bosch- han descubierto un nuevo mecanismo responsable de la formación de vasos sanguíneos anómalos, causantes de las hemorragias digestivas, que son la principal complicación de la cirrosis. Los resultados del trabajo los publica la revista Gut.
La angiogénesis es la formación de vasos sanguíneos a partir de vasos preexistentes. Puede ser normal (necesaria para el desarrollo embrionario) o patológica. En este último caso, es una de las principales complicaciones en los pacientes con cirrosis y un factor clave en la evolución y empeoramiento de la enfermedad."Los vasos patológicos en la cirrosis forman varices en el esófago y estómago de los pacientes que son muy frágiles y propensas a romperse causando hemorragias intensas y difíciles de parar”, explica la Dra. Fernández. Por ello, se destinan muchos esfuerzos para entender los mecanismos que distinguen a la angiogénesis normal de la patológica para, así, desarrollar terapias que reviertan la formación de los vasos anómalos.
El estudio publicado en la revista Gut demuestra que el crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos en la cirrosis no sólo depende de la angiogénesis patológica mediada por VEGF, sino también de un proceso en el que están involucradas células madre progenitoras, proceso conocido como vasculogénesis. Estas células madre, que se encuentran en las diferentes capas que forman los vasos sanguíneos, se activan en la cirrosis, proliferan y forman vasos nuevos. “En la cirrosis, pues, necesitamos inhibir los dos mecanismos. Sólo así se conseguirá frenar de forma más eficiente el crecimiento de vasos dañinos”, apunta Fernández. “En el estudio también hemos visto que la proteína CPEB4 está implicada en la proliferación de las células madre progenitoras".
En otro estudio reciente publicado en la revista Gastroenterology, co-liderado por Mercedes Fernández y Raúl Méndez del IRB Barcelona, los científicos habían descubierto que CPEB4 favorece la sobreexpresión de VEGF y la formación de vasos patológicos en la cirrosis. "Interfiriendo en las proteínas CPEB4 eliminamos únicamente la formación de vasos patológicos, mientras que la vascularización positiva se mantiene intacta", señala la Dra. Fernández. "Nuestros nuevos hallazgos refuerzan por tanto el potencial de CPEB4 como diana terapéutica para esta enfermedad, y como consecuencia, para prevenir el cáncer de hígado”, añade.
La cirrosis es el mayor factor de riesgo para la aparición de cáncer de hígado. Así, los equipos de Mercedes Fernández y Raúl Méndez, han recibido diferentes ayudas a nivel nacional e internacional, entre ellas la concedida por la Asociación Española Contra el cáncer (AECC), de más de un millón de euros, para descubrir, junto con el Dr. Jordi Bruix, jefe de la Unidad de Oncología Hepática del Clínic/IDIBAPS y director científico del CIBEREHD, el papel de la proteína CPEB4 en el hepatocarcinoma, el tipo de cáncer de hígado más frecuente.
Referencia del artículo:
Garcia-Pras E, Gallego J, Coch L, Mejias M, Fernandez-Miranda G, Pardal R, Bosch J, Mendez R, Fernandez M.
Gut. 2016 Mar 16. pii: gutjnl-2015-311157. doi: 10.1136/gutjnl-2015-311157.