Un artículo publicado en la prestigiosa revista 'Molecular Psychiatry' coordinado por el profesor Benedicto Crespo-Facorro, jefe del grupo del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) en la Universidad de Cantabria (UC), describe alteraciones en estructuras subcorticales en pacientes con esquizofrenia descubiertas mediante un innovador análisis. El resultado forma parte de los obtenidos por el consorcio internacional ENIGMA, en el que la única representación española es la del Instituto de Investigación Sanitaria (IDIVAL) y el CIBERSAM.
Durante décadas se han descrito distintas anomalías estructurales cerebrales en esquizofrenia. Sin embargo, el hecho de que estas alteraciones estén influenciadas por diversos factores y que los estudios hayan sido llevados a cabo por distintos grupos de investigación utilizando diferentes métodos hace difícil entender estos hallazgos.
Para solventar estos problemas e intentar clarificar el tipo de anomalías estructurales cerebrales presentes en la esquizofrenia, se ha llevado a cabo un innovador meta-análisis prospectivo que analiza datos de imagen cerebral obtenidos mediante resonancia magnética. Se trata del mayor estudio colaborativo de imagen cerebral en pacientes con esquizofrenia realizado hasta la fecha, en palabras de Benedicto Crespo Facorro.
En este estudio, en el que se incluye muestra de psicosis PAFIP, se analizaron datos de resonancia magnética cerebral de 2.028 pacientes con esquizofrenia y 2.540 individuos sanos obtenidos mediante métodos estandarizados en 15 centros de investigación de diferentes países. En comparación con los controles, los pacientes con esquizofrenia mostraron una disminución en el volumen del hipocampo (estructura asociada con la memoria), la amígdala (estructura asociada con la emoción), el tálamo (asociado a la actividad sensorial) y del núcleo acumbens. Asimismo presentaron un aumento en el volumen del pállidum (involucrado en la motivación y la emoción) y de los ventrículos laterales.
Además, se encontró una asociación entre los volúmenes del putamen y del pállidum y la duración de la enfermedad y que el déficit en el volumen del hipocampo era más severo en las muestras con mayor proporción de pacientes sin medicar. Esto sugeriría, según Crespo-Facorro, que "el tratamiento con antipsicóticos podría aminorar la pérdida de volumen en el hipocampo". La consistencia entre los resultados encontrados en este estudio y los descritos anteriormente mediante métodos de análisis tradicional validan la metodología desarrollada por el consorcio ENIGMA. "Se está intentando aplicar una metodología similar al estudio de la corteza cerebral en pacientes con esquizofrenia. También se han iniciado colaboraciones para estudiar el efecto que pueden tener en el cerebro factores como el consumo de drogas, el ejercicio físico o el estrés", ha explicado Roberto Roiz, investigador del CIBERSAM.
El proyecto ENIGMA
El grupo de investigación de Psiquiatría que dirige Benedicto Crespo-Facorro es el único en España que participa desde 2011 en el consorcio ENIGMA, creado en 2009 por los doctores Paul Thompson y Nick Martin y que conforman más de 300 científicos de 185 instituciones y 33 países que comparten sus recursos para lograr un mayor entendimiento de los efectos de los genes en la estructura y función cerebral. ENIGMA permite, así, estudiar datos de imagen cerebral, genéticos y clínicos de 30.000 pacientes de todo el mundo. Actualmente el equipo cántabro forma parte activa en más de 10 proyectos que verán la luz en los próximos años. Según Diana Tordesillas Gutiérrez, técnico responsable de la Unidad de Neuroimagen del IDIVAL, una de nuestras áreas de interés es el estudio de cómo variaciones comunes en el genoma pueden afectar la integridad de la sustancia blanca. Para Crespo Facorro, "la creación de este tipo de consorcios internacionales ayudará a descifrar la enorme complejidad de la estructura y organización del cerebro humano".